El Centro Internacional de fotografía y Cine EFTI enseña, desde el mes pasado, en Madrid, la exposición Fotografías que retratan injusticias, de la 27ª edición del Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña, que anualmente convoca Médicos del Mundo para dar a conocer la sensibilidad y el compromiso de fotoperiodistas que, con su mirada, “nos acercan a las realidades más difíciles del mundo”, señalan desde la asociación. 

Uno de los trabajos premiados fue el de Adra Pallón, fotógrafo que sorprendió al jurado con Demotanasia. Se trata de una obra para acercar la mirada a Galicia, una de las zonas más envejecidas y despobladas de Europa, cuyos habitantes cada vez necesitan más cuidados y asistencia sociosanitaria, pero que llega por la pasividad de las Administraciones públicas.    

Además del trabajo de Pallón, otra obra premiada es Dentro de la revolución armada de Myanmar, título de la serie del fotógrafo italiano Siegfried Modola, que hace visible –en diez fotografías– el conflicto de Myanmar, un país que prohíbe a periodistas cubrir la guerra civil desde que sus fuerzas armadas destituyeron al Gobierno elegido democráticamente, en febrero de 2021. 

De esta manera, Modola ha querido retratar la actual guerra civil de Myanmar, donde miles de personas han muerto desde 2021 y con 1,4 millones de personas desplazadas.  

Por otro lado, Eduardo Soteras, fotoperiodista argentino especializado en derechos humanos, fue otro de los premiados por su serie Tigray: Etiopía se hunde en el caos, en la que se relata la guerra civil desatada en 2020 en la región entre el Frente de Liberación del Pueblo y el Gobierno federal. 

Por último, el galardón también recayó sobre la periodista y fotógrafa española Anna Surinyach, cuyos proyectos están enfocados en migraciones y derechos humanos. Su serie Mar de Luto es el resultado de años documentando diferentes rutas migratorias hacia Europa a través del Mediterráneo.

La exposición se puede visitar hasta el 27 de marzo “para acercar universos paralelos que no siempre aparecen en los medios de comunicación”, explican desde la organización, unas fotografías cuyas “historias merecen ser contadas”. 

El histórico galardón tiene su propio sello de identidad, cuyo objetivo es impulsar la fotografía humanitaria como instrumento para testimoniar las vulneraciones de los derechos humanos y denunciar injusticias en cualquier lugar del mundo. “Son 27 años de fotografía humanitaria en los que Médicos del Mundo ha dado un firme respaldo a los y las autoras, generando espacios para visibilizar los temas más destacados en el ámbito de los derechos fundamentales”, explican desde la asociación. 

A lo largo de este cuarto de siglo han participado en el concurso miles de fotógrafos y fotógrafas amateur y profesionales de todo el mundo. “Cada persona ha contribuido a poner luz en historias que merecían ser contadas, con fotografías que nos informan y sacuden la conciencia, a la vez que nos conmueven e invitan a tomar acción”, señalan. 

El Premio Luis Valtueña es un homenaje a las personas cooperantes asesinadas que asisten a la población civil en conflictos armados. “La lista negra asciende en la actualidad a más de 6000”, se lamenta Pepe Fernández, presidente de Médicos del Mundo. “Nuestros compañeros caídos, Luis Valtueña, cooperante y fotógrafo, Mercedes Navarro, Manuel Madrazo y Flors Sirera son el ADN de este certamen que recuerda la labor de muchos cooperantes de Médicos de Mundo en muchos lugares del planeta donde trabajamos en zonas de conflicto. Estos sitios coinciden con fotoperiodistas que siguen retratando las historias para que no queden condenadas al olvido”, añadió.